lunes, 10 de diciembre de 2012

Una mujer corría por la avenida

Una mujer corría por la avenida, tenía las manos ensangrentadas y salpicaduras en la camisa. Ella corría, sin más destino que el que la había perseguido hasta ese día.
Le había pedido que no volviera a tocarla y él lo hizo. Halló la libertad hundiendo el cuchillo en su garganta, un tajo limpio, una mirada de sorpresa y el golpe seco de un cuerpo que cae sin vida. Una mujer corría por la avenida, la lluvia empezó a caer y el agua le limpió la sangre de las manos, se llevó las manchas y la culpabilidad. No era felicidad aquello que experimentaba, era paz, quietud y amor propio por primera vez en mucho tiempo. Una mujer corría por la avenida.